martes, 10 de diciembre de 2024

ASPECTOS TEÓRICOS Y METODOLÓGICOS

ASPECTOS TEÓRICOS Y METODOLÓGICOS

La investigación regional/local en la historiografía se enfoca en circunscribir el análisis a un

espacio geográfico, pero con el riesgo de caer en una descripción superficial de "lo nuestro".

Para evitar esto, se propone observar e interpretar fenómenos en un espacio reducido,

apoyándose en una fuerte carga antropológica. Esto permite una mejor comprensión de lo

que ocurre local y regionalmente, al mismo tiempo que genera interpretaciones más

profundas, superando las visiones macro. La investigación regional/local debe ajustarse al

objeto de estudio, definiendo sus límites a través del contexto, los eventos y los procesos.

Generalizar un proceso histórico puede dificultar la verdad, pero también permite poner en

tela de juicio interpretaciones tradicionales.

Aportes de la historia regional:

Escalas innovadoras: La idea de trabajar con distintas escalas permitió romper el

paradigma del Estado nacional como único marco de investigación. Los

microhistoriadores europeos influyeron en el tratamiento metodológico del problema,

enfatizando la recopilación, clasificación y análisis riguroso de fuentes, lo que abrió

nuevos horizontes para temas ya tratados.

Críticas a enfoques únicos: La historiografía española, al cuestionar el enfoque

annalista y dialogar con tradiciones como el marxismo y la microhistoria italiana,

contribuyó a la ruptura del Estado nacional como único objeto de análisis. Este

enfoque influyó directamente en los estudios regionales/locales argentinos.

Revalorización del contexto: Este aspecto permitió ajustar los niveles de

observación en la historiografía marxista europea. Así se pudo revisar la tensión

entre lo particular y lo general, cuestionando la interpretación de eventos como parte

de una narrativa homogénea y destacando la diversidad.

Evolución de la historia regional

La influencia teórica y metodológica europea impactó el desarrollo sistemático de la historia

regional en Argentina. Assadourian marcó un hito al analizar problemáticas desde una

perspectiva regional, entendiéndolas como un sistema de relaciones económicas, sociales y

políticas que cambian con el tiempo. Su enfoque resaltaba la importancia de la circulación

de mercancías y las relaciones internas y externas que estructuraban la economía colonial.

La dictadura militar en Argentina detuvo el desarrollo de las ciencias sociales y la

historiografía. Tras el regreso de la democracia, los estudios históricos se revitalizaron,

especialmente en el ámbito universitario, gracias a las investigaciones de Assadourian y su

impacto en la historiografía económica y social argentina.

Aportes y contribuciones mexicanas

La historiografía mexicana, al integrar la perspectiva regional, ayudó a resolver problemas

específicos de la historia latinoamericana. Esto permitió alejarse de interpretaciones

mecánicas del objeto de estudio y fomentar el diálogo entre lo particular y lo general en la

historia.

Los organismos públicos de investigación fomentaron proyectos que abordaban problemas

históricos regionales y locales que antes eran considerados secundarios. A pesar de que el

Estado nacional seguía siendo el marco de referencia, la atención se centró en los

elementos que otorgaban singularidad regional.

Nuevas miradas en la historia regional

Investigadores como Bandieri cuestionaron la visión tradicional de la región como

subordinada a un todo mayor y jerárquico. Bandieri propuso analizar el espacio económico

como un articulador social, político y cultural. Chiaramonte, por su parte, criticaba los

enfoques localistas, aunque mantenía una perspectiva política centralista en los estudios

regionales.

El debate entre estos dos historiadores reflejó una preocupación en la historiografía

argentina por definir mejor los objetos de análisis, las fuentes y los métodos.

Desafíos actuales en la historia regional/local

La historia regional/local enfrenta hoy el reto de integrar una perspectiva que combine el

análisis de "lo cercano" con una conceptualización más amplia de región. Esto implica un

redimensionamiento de la escala de análisis y una mayor atención al contexto. Las nuevas

preocupaciones teóricas y metodológicas han generado una mayor complejidad en los

estudios sobre la trama histórica argentina, impulsando el uso de nuevos objetos de

análisis, documentos y enfoques metodológicos.

LA CONSTRUCCIÓN DE LA HISTORIA REGIONAL

LA CONSTRUCCIÓN DE LA HISTORIA REGIONAL

La historia regional ha sido clave para cuestionar las generalizaciones y verdades

establecidas por las historiografías que privilegiaban una perspectiva nacional, con un

énfasis en las metrópolis, particularmente Buenos Aires en Argentina. La historia regional

busca descentralizar el enfoque y ofrecer una visión más compleja de los procesos

históricos, atendiendo a las características particulares de cada región.

Definiciones y perspectivas sobre la historia regional:

Van Young sostiene que no se puede dar una definición única y global al concepto

de "región", ya que estas son espacios donde se interrelacionan la economía y la

sociedad. En la práctica historiográfica, la historia regional trata de convertir a la

región en un recurso informativo que depende del problema, objeto, sujeto, área de

estudio y temporalidad en cuestión.

Bandieri argumenta que los estudios regionales contribuyen a complejizar los

problemas que plantea la historia nacional. Los estudios históricos nacionales

tienden a estar limitados por las divisiones políticas y administrativas, lo que no

refleja adecuadamente la dinámica compleja de las sociedades en el espacio y el

tiempo. La historia regional, por lo tanto, permite un análisis más profundo y variado.

Fradkin sugiere que la región es una dimensión clave para abordar la construcción

del poder rural, especialmente en el área rioplatense durante los períodos

tardocolonial y poscolonial. Utiliza como nexo analítico la conflictividad rural y la

circulación de personas y bienes, en una visión que incorpora el espacio como una

variable fundamental.

Cerutti analiza la construcción del espacio social y pone énfasis en los flujos de

relaciones que surgen en el contexto de los conflictos sociales y la acción política,

aspectos que influyeron en la formación del Estado nacional. Estas interacciones,

más que divisiones políticas, son claves para entender la evolución de los espacios

regionales.

Assadourian propone que los espacios económicos deben ser reconstruidos a

través de un análisis empírico que entienda las relaciones internas y externas, las

cuales se modifican en cada periodo histórico. En este marco, ve al espacio colonial

como parte de un proceso de integración y desintegración regional. Para

Assadourian, el desarrollo económico y la creación de un mercado interno en las

colonias fueron elementos fundamentales en este proceso.

Desafíos actuales en la historiografía regional

En los últimos años, la reconstrucción historiográfica regional ha sido puesta en discusión

debido a la creciente complejidad de la realidad social y los cambios en las metodologías y

enfoques históricos. La historia regional sigue siendo un campo en desarrollo, con debates

sobre cómo abordar mejor la diversidad y complejidad de los espacios históricos sin caer en

simplificaciones o divisiones rígidas.

LA HISTORIA REGIONAL EN AMÉRICA LATINA

LA HISTORIA REGIONAL EN AMÉRICA LATINA

En las últimas décadas, los historiadores profesionales han mostrado un creciente interés

en la diversidad regional dentro de los países latinoamericanos. Este enfoque se centra en

lo económico, social, político, cultural y territorial, alejándose de las interpretaciones

tradicionales que consideraban a los Estados nacionales como el único marco de análisis. A

diferencia de los estudios positivistas o los que abordaban el pasado desde

generalizaciones ideológicas, los historiadores regionalistas y localistas buscan romper con

las narrativas nacionalistas y centralistas, enfocándose en la diversidad y las

particularidades locales.

Estos historiadores han privilegiado el análisis de la historia económica y social,

especialmente en relación con la herencia colonial, la estructura agraria, los procesos de

industrialización, los movimientos sociales urbanos y agrarios, las clases sociales, las

relaciones entre las ciudades y el campo, y las instituciones y oligarquías.

Primer Momento

El primer enfoque en la historia regional en América Latina se centró en las causas

económicas y sociales que condujeron a las independencias. A esto se sumaron los

estudios sobre el surgimiento del nacionalismo anti-hispánico y las manifestaciones sociales

que contribuyeron a la formación de los nuevos Estados. Durante el siglo XIX, historiadores

extranjeros comenzaron a investigar las dinámicas nacionales y regionales, para entender

cómo las herencias coloniales se ajustaban o rompían con las nuevas realidades

post-independencia.

Los estudios abarcaron temas como la administración, el ejército, el clero, el sistema fiscal,

la ideología nacionalista y los caudillismos. Los historiadores exploraron la diversidad con

que los movimientos independentistas se manifestaron a lo largo del espacio y del tiempo.

Los enfoques predominantes incluían el análisis marxista, el positivismo y nuevas teorías

como la escuela de los Annales y la historiografía social inglesa.

Segundo Momento

A finales de los años 70, las líneas de investigación se diversificaron aún más. Se empezó a

estudiar el proceso de formación de los Estados nacionales que emergieron después de las

independencias, un período caracterizado por la anarquía y el desorden en el siglo XIX.

Esta historiografía rompió con esquemas previos de investigación, abordando temas como

el comercio, la vida rural, la urbanización, las élites sociales y políticas, los conflictos

políticos, la iglesia, el ejército, los caudillos, las oligarquías, y las inmigraciones, entre otros.

El uso de nuevas fuentes documentales, con el apoyo de gobiernos, instituciones privadas y

organizaciones internacionales, permitió una mayor comprensión de estos procesos.

Tercer Momento

En los años 80, la historiografía local y regional adquirió mayor popularidad bajo la

influencia de corrientes historiográficas internacionales. El mejoramiento en las condiciones

de los archivos y repositorios, así como las políticas estatales de descentralización de la

educación superior, el intercambio académico entre historiadores y científicos sociales, y los

proyectos de investigación multidisciplinaria, ampliaron significativamente el conocimiento

sobre las realidades socio-históricas de la región.

Este enfoque más consolidado permitió estudiar con mayor profundidad temas como la

urbanización, la industrialización, las reformas agrarias, la oligarquía, las élites sociales y

políticas, los movimientos sociales, las clases sociales, las políticas públicas, el

desequilibrio interregional y los nuevos sistemas políticos.

LA MICROHISTORIA

LA MICROHISTORIA

La microhistoria es una rama reciente de la historia social que busca analizar

acontecimientos, personajes o fenómenos del pasado que, en un estudio más amplio,

pasarían desapercibidos. Esta metodología demuestra tener un gran potencial interpretativo

cuando el historiador reduce la escala de análisis. Es decir, se trata de una historia general

que parte de un acontecimiento, un documento o un personaje específico.

Esta nueva corriente está influenciada por la metodología de la historia social de E.P.

Thompson y, con frecuencia, recurre a la colaboración de otras ciencias sociales como la

antropología y la sociología.

Microhistoria en España

En España, destaca el trabajo de Vicente Paredes Moratón, quien analiza diversos aspectos

de la sociedad española en la transición del siglo XIX al XX. Su estudio abarca temas como

el peso del sentido del honor entre las élites liberales, la relación entre el poder político, la

Iglesia y el ejército, así como el rol asignado a los distintos géneros en la sociedad liberal.

También explora la transición del viejo modelo de empresa familiar hacia la moderna

sociedad anónima, la adquisición de la conciencia de clases y los hábitos y modos de vida

de la aristocracia.

Desafíos de la microhistoria

Uno de los principales retos de la microhistoria es que no se puede comprender la

verdadera dimensión de los grandes sucesos históricos sin observar cómo se desarrolla la

sociedad a través de los hechos cotidianos. Aquí radica la importancia de la microhistoria: la

reducción de la escala de investigación permite revalorizar documentos y fuentes que no

son cuantificables o comparables mediante métodos tradicionales. Además, revela factores

que de otro modo pasarían inadvertidos.

La microhistoria consiste en reducir la escala de observación para aportar significado al

conocimiento histórico general, manifestado en distintos niveles. Su punto de partida es un

contexto específico, donde se evidencian las contradicciones de los sistemas normativos.

De esta manera, la microhistoria permite observar la fragmentación y la pluralidad de puntos

de vista, lo que hace que los sistemas sociales e históricos se perciban como fluidos y

abiertos.

LOS ANÁLISIS REGIONALES EN OTRAS HISTORIOGRAFÍAS

LOS ANÁLISIS REGIONALES EN OTRAS HISTORIOGRAFÍAS

Cuando se empezó a abordar temáticas que no se centraban exclusivamente en el poder

estatal nacional, se produjo un abandono de la perspectiva centrada en las élites. En este

contexto, el análisis regional y local se convirtió en una modalidad de estudio idónea para

tratar problemas historiográficos relevantes. Por ejemplo, en la historia francesa, que había

estado tradicionalmente ligada a una tradición política centralizadora, se fue recuperando

progresivamente el interés por las dimensiones regionales y locales.

En cuanto a la historiografía británica, española e italiana, estas se interesaron más en

redefinir los límites conceptuales, teóricos y espaciales de la historia local, cuestionando los

límites territoriales propios. Esto se interpretó como un reclamo frente a la escritura histórica

hegemonizante del régimen estatal.

En el caso de España, se buscó la reivindicación de lo local y lo regional a través del

cuestionamiento de la conformación del Estado nacional. El auge de la historia local se

vinculó con el surgimiento de movimientos regionalistas, mediante proyectos culturales que

estaban estrechamente ligados a la reivindicación identitaria. Estos movimientos, a su vez,

estuvieron impulsados por nuevos actores políticos que exigían el reconocimiento de su

historia, reforzando políticas separatistas o incluso independentistas, especialmente en

regiones cultural e históricamente diferentes, tanto a nivel lingüístico como jurídico. Todo

esto se enmarcó en un esfuerzo por profundizar en las investigaciones y contribuir a la

conformación de una historia total.

HISTORIAS LOCALES

HISTORIAS LOCALES

En las últimas décadas, ha surgido una historiografía más interesada en la comprensión de

la historia local, la cual convierte a personas singulares, comunidades y pueblos en actores

históricos. Este tipo de historia, en muchos casos, ha estado en manos de entusiastas

locales amateurs con cierto enfoque científico. Por este motivo, muchos historiadores

consideran que la historia local, al estar limitada a un ámbito geográfico reducido, no

necesariamente aporta grandes novedades teóricas.

Sin embargo, si se estudia el desarrollo de ciudades en torno a la política urbana o

proyectos cuyo epicentro son las ciudades y los gobiernos locales, la historia local adquiere

una legitimidad particular. Este enfoque se vuelve relevante cuando el estudio de ciertas

ciudades o problemáticas alcanza un predominio tanto a nivel nacional como internacional,

como podría suceder con el estudio de grandes ciudades como Tokio. No obstante, quienes

se dedican al estudio de la historia local a menudo no aceptan la etiqueta que los define

como tales.

En este sentido, la historia local suele estar asociada a una resistencia frente a la

modernidad y los cambios impuestos por la sociedad capitalista e industrial. Además, se

percibe como un espacio de contención y preservación del autogobierno municipal, que en

el siglo XIX surgió como una estrategia de resistencia tanto contra el Estado central como

contra el sistema de democracia representativa.

HISTORIAS PROVINCIALES

 HISTORIAS PROVINCIALES

La historiografía argentina del siglo XX tenía como problema central el estudio de "la

nación", tomando como principal referencia a Buenos Aires. Allí se habían iniciado los

procesos de especialización, institucionalización y profesionalización de la disciplina, con

una cierta compatibilidad teórica y metodológica con las experiencias europeas y

norteamericanas. Se ponía foco en la formación de los Estados fundacionales y en la

elaboración de relatos y representaciones sobre los orígenes de la nación.

Las historias provinciales a fines del siglo XIX

La revisión del pasado de las provincias en el último cuarto del siglo XIX estaba impregnada

por la sensación de amenaza que despertaba la inmigración masiva, la movilidad social y

los efectos de la modernización, que afectaba principalmente a las sociedades

metropolitanas. Además, la derrota de la Revolución del autonomismo tejedorista, la política

de integración de las élites provinciales con las élites nacionales y la burocracia estatal, y la

reacción en contra del avance del Estado nacional sobre las provincias a través del sistema

escolar, despertaron tensiones. Los textos escolares distribuidos por el Estado nacional

ofendían la memoria de los antepasados provinciales, por lo que las élites tradicionales

buscaban legitimar o justificar las acciones de sus antepasados para negociar su

integración con las élites nacionales y, al mismo tiempo, distinguirse de otros grupos

sociales y de las nuevas élites provinciales.

La historia provincial en la primera mitad del siglo XX

Durante la primera mitad del siglo XX, intelectuales provinciales comenzaron a conformar

una serie de relatos destinados a recuperar hechos y personajes que consideraban

injustamente olvidados. Sin embargo, estas obras eran consideradas menores por las élites

porteñas. Esta situación llevó a repensar las relaciones entre Buenos Aires y las capitales

provinciales, así como las conexiones entre las élites sociales, culturales, políticas y

económicas de la capital nacional y las burocracias estatales. Las provincias también fueron

proveedoras de imágenes, representaciones y símbolos utilizados para construir un relato

identitario con alcance nacional.

A partir de la década de 1920, se buscó fortalecer el esfuerzo individual mediante la

organización de instituciones que reunían a notables locales comprometidos con la

recuperación del pasado. Se intentaba rescatar del olvido y la injusticia ese pasado, con el

fin de contribuir a la construcción de una identidad nacional y patriótica. Sin embargo,

quienes más contribuyeron a estas representaciones no eran historiadores profesionales, ni

gozaban de una autonomía frente a la sociedad, el Estado, los partidos políticos o las élites

tradicionales.

Reconocían la necesidad de demostrar lo que afirmaban con pruebas documentales, lo que

impulsó el proceso de catalogación, selección y publicación de documentos. Este esfuerzo

contribuyó a la institucionalización de la historia en las provincias, donde comenzó a haber

una notable participación de literatos, coleccionistas, eruditos, entre otros. La ausencia de

canales académicos de formación y la todavía difusa distinción entre lo público y lo privado

les permitía moverse con versatilidad entre distintos géneros literarios.

Muchos de estos historiadores eran descendientes o familiares de personajes del pasado

que esperaban ser rehabilitados del olvido. Esto resultó en una historia centrada en grandes

hombres y episodios provinciales, donde los sectores populares eran presentados como

una masa indiferenciada, con escasa autonomía respecto de las élites. Otra característica

fue la presencia de "historiadores fundadores", que cumplían la función de mediadores y

articuladores del discurso, dedicando tiempo y esfuerzo a impulsar diversas iniciativas en el

campo cultural.

El avance de la producción historiográfica desde los años 60

A partir de los años 60, coincidiendo con el inicio de la profesionalización de los

historiadores, se establecieron vínculos con los trabajos centrados en experiencias

metropolitanas, pero atendiendo a las especificidades de los procesos provinciales. Este

avance fue promovido por la creación de nuevas carreras universitarias, la multiplicación de

congresos y la aparición del CONICET, que favoreció el desarrollo de la investigación en

áreas no convencionales. Todo esto contribuyó a fijar los orígenes de relatos identitarios y

consolidar nuevas formas de abordar la historia provincial.

ENFOQUES TRADICIONALES DE LA HISTORIA: HISTORIA NACIONAL

 ENFOQUES TRADICIONALES DE LA HISTORIA: HISTORIA NACIONAL

Mitre y los orígenes de la historia documentalista en Argentina

Mitre comenzó a analizar el pasado argentino de manera erudita, con un criterio científico,

una visión de totalidad y siendo parte de los sucesos, ya que fue uno de los forjadores del

presente inmediato que analizaba. Su enfoque de la historia se basó en el estudio de

documentos y escritos depurados por la crítica, así como en elementos testimoniales de la

tradición. Era, sobre todo, un análisis político, centrado en los problemas de la Constitución

y la progresiva institucionalización del Estado, su surgimiento y la consolidación de la

autoridad.

Su trabajo partía de la crítica a la masa documental, creando el culto al héroe, y sostenía

que la historia argentina estaba aún por hacerse. Además, Mitre fue pionero en iniciar una

escuela de investigación en el país con un método y un concepto más definidos de la

historia.

Por otro lado, Vicente López basaba su producción literaria en grandes ideas generales,

utilizando las similitudes y analogías del colorido local y la resurrección dramática de los

tiempos. Se dejaba guiar más por la tradición y el testimonio oral, exacerbado por el

porteñismo, con una visión aristocratizante, falta de sustento heurístico y carente de método

científico. Su enfoque se concentraba casi exclusivamente en los hechos políticos, y

consideraba que la historia argentina ya estaba hecha.

El revisionismo histórico

La principal característica del revisionismo histórico era la reivindicación de Rosas, la crítica

a Sarmiento y la defensa de los caudillos federales y los colonizadores españoles. Estos

historiadores buscaban las raíces de la dependencia en la historia, tomando como tema el

imperialismo británico y su relación con Argentina, a partir del intervencionismo, la

dependencia y la entrega del país a los capitalistas ingleses. Eran defensores de un

nacionalismo hispanista y católico.

 La renovación de la historiografía argentina

La renovación historiográfica comenzó a finales del gobierno peronista, impulsada por un

grupo renovador que se organizó debido a la dificultad de acceder a cátedras actualizadas

en historia social y nacional en las universidades, especialmente en Rosario y Córdoba,

donde prevalecía la historiografía tradicional, poco receptiva a los cambios. Estos

historiadores promovían una relectura de la historia nacional desde una perspectiva

científica, en diálogo con las ciencias sociales y las corrientes renovadoras de la

historiografía internacional, como el estructural-funcionalismo norteamericano y la escuela

de los Annales.

 Profesionalización, consensos, debates y ampliación del territorio temático

"La nueva escuela histórica", surgida a finales de los años 60, fue considerada como la

primera escuela impulsada por un conjunto de historiadores que consolidaron los canales

académicos. Se dio prioridad a la recolección de documentos mediante una crítica rigurosa,

utilizando un conjunto de técnicas ya establecidas. Se delimitó el campo de estudio,

separando la historia como conocimiento científico de la literatura como narrativa. También

se comenzó a utilizar una metodología específica para la historia, con un énfasis en la

objetividad, lo que permitió integrar a los historiadores en un campo común y estabilizar las

reglas del oficio.

Finalmente, se monopolizó el ejercicio de la crítica y el disciplinamiento de la práctica

histórica, mediante los cuales el conocimiento podía ser puesto en duda. Esto permitió la

profesionalización de la historia, el surgimiento del historiador profesional y la creación de

nuevos espacios institucionales, consolidando una imagen del historiador en conflicto con

otras visiones disponibles en la misma época.

domingo, 22 de septiembre de 2024

LA HISTORIA Y LA UTILIZACIÓN DE LA CATEGORÍA DE REGIÓN (Simplificado)


En disciplinas como la antropología, sociología, historia y geografía, los conceptos de paisaje, región y territorio han sido utilizados de manera intercambiable y, a menudo, sin un análisis profundo de sus componentes y significados. Se enfatiza la importancia de entender el paisaje no solo como un entorno físico, sino como una construcción cultural y social, influenciada por la interacción entre el ser humano y su entorno.

La historiografía ha adoptado una visión microanalítica para estudiar regiones específicas, lo que ha permitido un enfoque más detallado sobre cómo las comunidades interactúan con su territorio. En lugar de considerar la región como algo fijo y predeterminado, el texto sugiere que debe entenderse como una construcción dinámica, moldeada por la acción humana a lo largo del tiempo.

Finalmente, se argumenta que el análisis del paisaje cultural es esencial para comprender las relaciones entre las sociedades y su entorno, ya que el paisaje refleja la actividad humana y posee un significado profundo en la formación de identidades y en la historia social.


LA HISTORIA Y UTILIZACIÓN DE LA CATEGORÍA DE REGIÓN

El concepto de paisaje, al igual que el de región, presenta definiciones y alcances muy distintos según su enfoque. El paisaje, por lo general, se entiende como un espacio geográfico, ambiental, físico o morfológico donde se puede desarrollar la vida de las comunidades. Es decir, los individuos, en constante interacción con el territorio que los rodea, generan estímulos que influyen en lo que piensan y sienten, creando un tejido invisible que los relaciona con el resto de su comunidad. Se trata de una construcción física e intelectual del paisaje, en el cual han intervenido diversas prácticas sociales a lo largo del tiempo. A esto podríamos llamarlo "paisaje cultural", que puede ser individualizado microscópicamente según las interacciones entre fenómenos y objetos, tanto naturales como sociales.

En el campo de la historiografía, se abordan problemáticas y recortes temporales con un enfoque que pone especial atención en la geografía, lo que permite un acercamiento al estudio de la región. Hasta hace poco, la delimitación de un espacio físico y el concepto de región estaban totalmente influenciados por la geografía tradicional. Esta geografía estaba vinculada a los procesos de ocupación del espacio, su integración a la nación, los procesos económicos de integración y la incorporación política de territorios no provinciales mediante unidades administrativas menores, dependientes de la nación. Sin embargo, esto no siempre implicaba un proceso histórico asimilado.

Hoy en día se busca pensar en la región como algo no completamente definido, centrándose en la acción del ser humano a lo largo del tiempo y dotando de significado al paisaje. De este modo, es posible examinarlo según las relaciones existentes entre la sociedad y el territorio. Esto lleva a intentar comprender la valoración o juicio que la sociedad otorga a ese paisaje que evoca en su interior. Para ello, se plantea la articulación de metodologías tanto a nivel local como extralocal, buscando rescatar la relación entre la acción humana y las estructuras, así como la dinámica entre los seres humanos y el espacio, como parte de una construcción social compleja.


Así, el concepto de paisaje permite ahora plantear una relación entre paisaje, cultura y región, lo que facilita entender la interacción entre un orden natural y uno cultural, habitado, creado y recreado por una comunidad. Esto reconstruye la región como un espacio vivido, consolidando un nuevo sujeto en el campo historiográfico, entendido como sociedad, clases y grupos sociales, con sus intereses y motivaciones, y los diversos procesos económicos, culturales y sociales que se han desarrollado a lo largo del tiempo.

LA HISTORIA Y LA UTILIZACIÓN DE LA CATEGORÍA DE REGIÓN (Simplificado)



lunes, 3 de junio de 2024

La Antigua Roma




La Antigua Roma o Roma Antigua fue una Ciudad - Estado de Roma fundada en el siglo VIII a. C. a partir de la agrupación de varios pueblos de la Italia central, y se expandió más allá de la península itálica, desde el siglo I hasta el siglo V, dominando el mundo mediterráneo y la Europa Occidental mediante la conquista y la asimilación de las élites locales. Durante estos siglos, la civilización romana fue una monarquía, una república oligárquica y posteriormente un imperio autocrático. 

Roma fue probablemente la civilización más importante para la cultura occidental. Su dominio dejó un importante legado lingüístico, jurídico, artístico, religioso y cultural , tales como la escritura y las letras, el concepto de derechos, nuestro calendario e incluso la idea de transportar agua de los ríos a las ciudades. Y su influencia en el continente americano no se quedo atrás, pues los reinos medievales, que surgieron tras el colapso del imperio romano, trajeron su cultura cuando llegaron al “nuevo mundo”.



Curioso Eh! ;)

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