HISTORIAS LOCALES
En las últimas décadas, ha surgido una historiografía más interesada en la comprensión de
la historia local, la cual convierte a personas singulares, comunidades y pueblos en actores
históricos. Este tipo de historia, en muchos casos, ha estado en manos de entusiastas
locales amateurs con cierto enfoque científico. Por este motivo, muchos historiadores
consideran que la historia local, al estar limitada a un ámbito geográfico reducido, no
necesariamente aporta grandes novedades teóricas.
Sin embargo, si se estudia el desarrollo de ciudades en torno a la política urbana o
proyectos cuyo epicentro son las ciudades y los gobiernos locales, la historia local adquiere
una legitimidad particular. Este enfoque se vuelve relevante cuando el estudio de ciertas
ciudades o problemáticas alcanza un predominio tanto a nivel nacional como internacional,
como podría suceder con el estudio de grandes ciudades como Tokio. No obstante, quienes
se dedican al estudio de la historia local a menudo no aceptan la etiqueta que los define
como tales.
En este sentido, la historia local suele estar asociada a una resistencia frente a la
modernidad y los cambios impuestos por la sociedad capitalista e industrial. Además, se
percibe como un espacio de contención y preservación del autogobierno municipal, que en
el siglo XIX surgió como una estrategia de resistencia tanto contra el Estado central como
contra el sistema de democracia representativa.
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